En el concejo de Amieva, asÍ como en sus vecinos municipios de Ponga, Parres y Cangas de OnÍs, se pueden hacer hermosas actividades de montaña, tanto de escalada o alpinismo, como de espeleología o simple paseo naturalista. En esa zona aún quedan restos de puentes y calzadas romanas.

Una vez más tenemos que repetir que, por los montes asturianos quedan restos de calzadas romanas, que al no estar cuidadas y en muchos casos ni catalogadas oficialmente por los responsables culturales, generalmente suelen destruirse al trazar sobre ellas pistas o carreteras. Y lo que duró en esos lugares siglos, ahora por desidia o ignorancia de algunos políticos (o, mejor, de sus asesores técnicos puntillosos), puede desaparecer en unos días.

La maleza oculta y deteriora esos antiguos caminos; y las pistas y carreteras de montaña las trazan por encima de ellos... Las consejerías de Agricultura, de Fomento y de Cultura deberían de coordinarse un poco en este tema, opinan muchas personas amantes de la Naturaleza y del Arte en Asturias.

Otro caso bien triste es el que se puede ver aún en los límites de los concejos de Parres, Ponga, Cangas de Onís y Amieva, con los restos de la famosa Senda del Arcediano, antigua calzada romana, y el ramal de Ventaniella. Esas dos vías romanas tienen aún puentes, armaduras del camino y empedrado, sin que nadie se preocupe de cuidarlo y restaurarlo (o por lo menos catalogar oficialmente). Por esa zona, en el municipio de Amieva, se puede hacer un tranquilo paseo partiendo del puente Los Grazos (que ese sí está  algo cuidado). El paseo montañero para ver algunos de esos vestigios se puede iniciar en el citado puente Los Grazos, al que hay quien llama de Los Brazos (N-625).

Primero, por ejemplo, se puede ir para el Sur, por la vía bien marcada, tras cruzar el río Sella. Y se llega a la carretera de Ponga (AS-261), junto al río del mismo nombre, cerca de las localidades de Parcia y Santillán. Ese trayecto se hace bien a pie en unos veinte minutos...Al llegar a la citada carretera (AS-261) se vuelve sobre nuestros pasos hasta el puente Los Grazos, y, al llegar a él, en vez de cruzarlo, se continúa hacia el Norte, bordeando el caudaloso Sella por su margen izquierda, hasta el pueblo de Pervís, en otra media hora de paseo. Si no queremos andar más, podemos regresar a Los Grazos por la carretera nacional N-625 o por el mismo camino de la ida, si no tenemos quien nos recoja al otro lado, en Pervís. Aunque la actividad montañera o naturalista podría continuar hacia el pueblo de La Fresneda y un poco antes de llegar a él (entre Pervís y Fresneda) sale una caleya, hacia el Noroeste. Para orientarnos si no tenemos guía es mejor preguntar en esos pueblos, donde sus amables vecinos nos pueden indicar el sendero de la antigua calzada... En otra hora larga se sube al collado de Venera, cerca de la Peña del Collado (a unos 700 metros de cota) y a los pies del Picu Faces, donde nace el río de La Cabila, afluente del Sella. En lo alto, a lo lejos, queda el Cantu Tebrandi.

Si seguimos en dirección Norte, bordeando la maravillosa sierra de Faces (límite de Amieva y Parres); tras cruzar un bosquecillo (refugio natural de jabalíes, corzos, zorros y ardillas) y donde se pierde algo la senda, se asciende al collado y pueblo de Andrín, pasando por otra zona donde las armaduras de la calzada están marcadas (una medio hora nos lleva esa subida). Desde el Collado de Andrín en menos de una hora, por carretera de montaña, se llega a la localidad de Caño, en la carretera N-625, cerca de Aballe.

 
LA CALZADA Y PUENTE LOS GRAZOS

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