Los Picos de Europa son algo tan maravilloso que cualquier lugar allí es bello. De los tres macizos que componen este sistema montañoso, el central, es el más abrupto. Pero ahora, las pistas, teleféricos y funiculares, ya lo están convirtiendo poco a poco en un parque recreativo o turístico.

El Parque Nacional de los Picos de Europa, posiblemente pase a ser pronto un parque natural (o, mejor, tres parques uno para cada comunidad autónoma). Algunos políticos están en esta idea. El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga tras 76 años de azarosa vida y de ser el primer espacio protegido de España, fue absorbido por el citado y polémico parque nacional de ahora.  Las pistas para vehículos, los teleféricos o los funiculares, así como los establecimientos hosteleros, están facilitando su acceso a todas las personas y a la vez quitando el misterio y la pureza a tan emblemáticos montes, otrora solo recorridos por lugareños, pastores y cazadores, así como por montañeros.

Los Picos de Europa se componen de tres macizos, separados por las gargantas de afamados ríos: El occidental, o Cornión, está comprendido entre el Dobra-Sella y el Cares, siendo su máxima cota Peña Santa. El central, o Los Urrieles, está delimitado por el Cares y el Duje, siendo su cumbre más elevada la Torre de Cerredo (asimismo el pico más alto de Asturias y del resto de la Cordillera Cantábrica y de todos los Picos de Europa). Y el macizo oriental, o de Andara, que tiene su altura más sobresaliente en la Tabla de Lechugales.

Una interesante excursión para conocer algo del macizo central se puede iniciar en Poncebos, subiendo por la Canal del Texu hasta Bulnes (o por Sotres y Pandebano). Y llegar hasta Amuesa, e incluso, estando preparados y bien guiados, coronar la Torre de Cerredo, el Torrecerréu (a 2.648 metros de cota). Y esto muchos amigos nos piden que lo relatemos, pues unos llegaron y otros no. Pero la mayoría sienten añoranza y nostalgia de esa travesía. Es de esperar que para lo bueno y no para degradar la Naturaleza o propiciar los accidentes.

La subida de la Canal del Texu es algo dura, pero como es al principio y con la belleza del desfiladero no se nota tanto. En una hora y media estamos en Bulnes. Pero ascender por la Canal de Amuesa, ya es más duro y del doble de tiempo. Aunque merece la pena. Amuesa y el Jou de los Cabrones son un paraíso.

El buen amigo y defensor de los animales (y de la Naturaleza en general) Nacho Ménes, nos lo dice así en su paisaje secreto y nos recordó cuando el subió hasta Amuesa y hasta el cimero Torrecerredo con sus dos buenos camaradas de montaña y su perra Uca. Para él, como para muchos asturianos, coronar la cumbre de la Torre de Cerredo, pasando antes por Amuesa (donde no tardará en llegar un teleférico, temen algunos) es obligado para poder así asomarse a los inmensos abismos que se precipitan hasta el Cares, o extenderse la vista y dejarla descansar a lo lejos en la línea del Mar Cantábrico... Nos decía Ignacio Ménes, añadiendo que para el descenso se puede elegir un nuevo camino que nos llevará por la Horcada Arenera y el Neverón de Urriellu a la vega del mismo nombre, en la base del totémico Naranjo de Bulnes. ¡El Urriellu!. Y ya desde allí el larguísimo descenso al pueblo de Bulnes, por el Jou Lluengu y la canal de Balcosín o el más cómodo actualmente a Sotres por La Terenosa. Nacho atesora en su recuerdo un ya lejano día de verano en que con sus amigos Luis, Rafael y la perra Uca, incomparable trío de amigos, recorrió y compartió este magnífico paisaje, con la anécdota, ya graciosa en el recuerdo, de tener que transportar en la mochila a la agotada Uca, por haberse seccionado completamente, en las lacerantes calizas, los pulpejos de las almohadillas, de sus patas. En una clásica urgencia veterinaria.

 

 
 POR TIERRAS DE AMUESA

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