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Cada vez hay más incendios en el monte y es urgente una buena política de prevención y concienciación ciudadana
Ahora parece ser que esta de moda culpar de todos los incendios forestales a los excursionistas y a los lugareños. Puede ser esto así gracias a las declaraciones hace años de algún ministro o alto ejecutivo, que lo aseguraba. De sobra es sabido a estas alturas que la mayoría de los incendios en el monte son intencionados y por causas bien conocidas por las autoridades, como puede ser la especulación de terrenos o la compra de madera barata... Y, después también hay quien le gusta sacar las cosas de quicio y exagerar. Pues si son causados esos siniestros por los paseantes despistados o pastores al quemar matojos. ¿Entonces como suele haber varios focos quemando?. Por otro lado, no suelen decir los expertos que queman mejor las especies foráneas, pinos y eucaliptos, que las especies arbóreas autóctonas... Y que cuando estas últimas queman el daño a la Naturaleza, es mucho mayor. Tampoco se dice mucho de educación ambiental, ni de hacer equipos o patrullas rurales de prevención. ¿Los educadores medioambientales, para cuando?... En Gijón hay voluntarios pertenecientes a la Sección Verde de Protección Civil que recorren los montes del concejo en prevención de incendios o en labores de educación ambiental. ¿Por qué no se hace esto en otros lugares de Asturias?.
Las lagunas del Monte de Deva sirven para la extinción de incendios
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LO QUE OPINAN MUCHOS CAMPESINOS Muchos lugareños de pueblos de montaña opinan que estos incendios forestales son causados por pirómanos profesionalizados y bien pagados a los que es muy difícil sorprender. Y si se les caza las multas son ridículas y suelen tener fuertes "agarres" para salir casi indemnes. Pero, dicen ellos, que si a un campesino se le sorprende quemando rastrojos, en quemas controladas o si se le escapa un poco el fuego, las multas son muy grandes para ellos; que, además, no se suelen ocultar al hacer estas necesarias limpiezas en sus propiedades.
La justicia no es igual para todos, creen ellos y a las gentes del campo (ya de por si muy castigadas en los últimos años) se les "machaca" cada vez más en este tema y en otros similares.
Si los lugareños, los campesinos, los pastores (cada vez hay menos) no limpian los montes, los prados de labor o los pastizales para el ganado, ¿quien lo hará?. Por otro lado ellos creen que es justo ganar terreno para pastizales y para limpiar de "alimañas" el monte. La política ganadera y forestal y, sobre todo, el abandono que sufre el campo, la Naturaleza, y sus gentes, es el motivo fundamental de estas situaciones. Y que conste, la culpa no es de los lugareños, de los sufridos campesinos, ganaderos o agricultores, opinan muchas personas. ¡Hay que educar y apoyar a los más débiles!.
En Asturias los montes y bosques queman con demasiada frecuencia
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LOS BOSQUES SON DE TODOS La protección de montes y bosques corresponde a sus propietarios: municipios, particulares o gobiernos (locales, autonómicos o estatal). Pero en cierto modo son de propiedad común, pues todos disfrutamos de su belleza y en parte de sus beneficios naturales, el aire, el agua, la fauna,... Estando obligados todos a la conservación del patrimonio forestal, cada vez más menguado; y cuyo mayor enemigo es el incendio. Siendo las causas más frecuentes de un siniestro fortuito, las siguientes: Colillas sin apagar, hogueras que se hacen para destruir maleza, basuras amontonadas en zonas poco apropiadas, fuegos mal apagados de algunos turistas...; chispas del tubo de escape de tractores, trenes o vehículos todoterreno (o de cualquier otra clase de motor); fenómenos naturales, como el rayo o reflejos solares en vidrios... Pero, sobre todo, como decíamos al principio, los actos mal intencionados de "pirómanos profesionales", son la la causa principal.
Las medidas de prevención comprenden: La información y las sanciones a los infractores. La señalización con abundancia de letreros y normas. La vigilancia permanente con puestos fijos y patrullas móviles prevencionistas (los citados educadores medioambientales). Los programas continuados y serios de educación ambiental, para todas las edades. La buena organización del terreno, con limpieza del suelo y la formación de cortafuegos, por el interiory por las orillas. Experimentación con plantaciones resistentes al fuego, que sirvan de cortafuegos. Y todos los procedimientos de lucha contra el fuego y de alerta y colaboración voluntaria de cualquier persona o entidad.
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